Salvador Cortazar
él es Salvador Cortazar, tiene 32 años y es artista visual. "Hago un poco de ilustración, tengo una serie de personajes que se denominan los ruzskis... son básicamente un concepto que significa que la persona es quien crea su propio destino”, explicaba sonriendo
“Soy vegetariano desde hace doce años y vegano desde hace siete, comencé a los 20. Como mucha gente, fue por una inquietud moral y ética hacia el respeto de los animales, hacia el respeto por su vida. Empecé sin mucha guía; dejé la carne, y con el paso de los años fui apartándome de la leche, del queso y todo lo demás” dijo con orgullo
“Dentro de mi actividad artística intento siempre tener presente el mensaje del veganismo y en mi vida personal procuro llevarlo conmigo, tratar de alguna manera ponerlo sobre la mesa sin ser esa persona molesta que trata de predicar a los demás…” “…es más fácil atraer a la gente por la vía de la buena onda y el diálogo, que el choque, andar juzgando o haciendo sentir mal a los demás por sus costumbres. A parte, mucha gente vive de la forma en que lo hace sin reflexionar sobre el por qué; más que criticarlos o juzgarlos hay que tratar que abran su panorama y que vean que existen otras opciones y que muchas veces hay cosas que damos por sentadas y no reflexionamos si es algo bueno o malo”, decía muy convencido
“Un consejo? busquen el trasfondo de las cosas, de los modelos sociales en los que vivimos, porque se darán cuenta muy fácilmente que como tratamos a los animales es tan inhumano, cruel e injusto, que abrirán los ojos y la posibilidad de dejar los productos animales se incrementarán muchísimo… queda de un lado la onda de que si te gusta la carne o te gusta algún otro producto animal, eso se va minimizando y vas haciendo una apertura interna en cuanto a la compasión, comprensión, comienzas a pensar y sentir de una manera menos egoísta”, dijo Salvador con gran elocuencia
“No me arrepiento de nada. Pero creo que en algún momento fui ese vegano ‘militante’, en el sentido de ser un poco más de choque con la gente; al cambiar mi discurso a una forma más amigable logré que mucha gente volteara a ver al veganismo…” concluyó Salvador.
